Los lunes al sol

Que te toque trabajar el fin de semana NO MOLA NADA. Pero nada de nada...

Casi todo el mundo está libre, y tú, como también sueles estarlo, vives acostumbrada a centralizar la vida social y familiar es esos dos días. Dos días y casi medio que llenas con ilusión de planes, reservados con mimo para disfrutar, hacer las cosas que te pirran con la tranquilidad que se merecen.
En definitiva, des-robotizarte, des-intoxicarte de la desenfrenada rutina semanal en la que que los tiempos muertos vienen de serie en milímetros, pero los deberes en kilómetros, yardas, hectáreas...

Y si, el pasado finde curré y curré, pero NO ME AMARGUÉ.
Primero, porque los típicos planes primaverales se hubieran descartado, ya que en Madrid llovía a cántaros.
Segundo, porque el sitio en el que trabajaba tenía que ver con las bodas (que me gustan mucho), era agradable y vi cosas bonitas como una original mesa de chuches, bonitos tocados, joyones y bellas jauilitas rellenas de flores.

Y tercero, porque el lunes tendría el día libre. LUNES EN OFF, en blanco, solo para mí. Todo el mundo trabaja que te trabaja y yo en absoluto off. Solo de pensarlo me daba un gusto...

Y por fin llegó el lunes. Un lunes que era más bien algo parecido a un domingo, desierto de gente conocida y pleno de minutos de disfrute para mí y para Gus.

Solos los dos a las 9h de la mañana, recorriendo con tranquilidad un céntrico parque entre rascacielos madrileños atravesado con prisa por currantes con traje, tacones, maletines, portátiles, americanas. Yo con zapatillas, vaqueros, una bolsita de pienso en una mano, la correa en la otra...es lunes por la mañana y sentía un gustazo que no me lo creía.

Volví a casa y me dió por cocinar. Tampoco grandes cosas, todo recetas "heredadas" y simplicidades. ¡Pero cocinar señores! Algo que casi nunca hago por falta de tiempo, que no de capacidad, que no de experiencia, y sólo por obligación porque alguna cosa hay que llevarse a la ofi en el tupper.

(SIEMPRE CON FACTOR 50 O 100) :)