Nada tiene que ver el contenido de este post con la gran serie, sólo un juego de palabras con gancho.
Hace ya unos meses me metí por mi misma en el embolado de la RESTAURACIÓN.
Y digo embolado porque durante años me he cansado de observar a mi madre y tías hacerse con muebles antiguos, que muchas veces rescataban literalmente de la basura, como si se tratara de las joyas más preciosas.
Con mi ojos de niña incrédula, excéntrica y divertida no entendía por qué unos trozos viejos de madera les aportaban la felicidad que puede conceder por ejemplo dar un con un billete de cien olvidado en un bolsillo o con una pepita de oro en un río.
Pero de repente llegó mi hora, y una tarde cualquiera mi visión cambió para no volver al punto inicial.
Salía por la puerta de la oficina cuando prácticamente me tropecé con esta PRECIOSIDAD. Un trono de madera oscura, con tapicería granate y anticuada, con respaldo roto... allí abandonado, esperándome.
Fué AMOR A PRIMERA VISTA. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, me enamoré, lo metí al coche y comenzó mi particular aventura de restaurar muebles.
El primer paso consistió en buscar los sabios conocimientos de aquellas a las que en otros tiempos no comprendía, pero de las que ahora me sentía tan cerca. Debe de ser cierto que de tal palo, tal astilla... (y nunca mejor dicho).
Recopilé consejos, una lista de productos, los pasos a seguir, instrucciones sobre técnicas, recibí algún empujón de mi madre, tuve infinita paciencia y emplée varias horas entre fines de semana y tardes.
Poco a poco me di cuenta de que me había reencontrado con algo que había dejado de lado, que de niños exploramos en el cole pero que de mayores olvidamos trabajando en una mesa entre ordenador y teléfonos. Venero los trabajos manuales.
Vosotros ya habéis visto el resultado final de esta experiencia que espero os guste tanto como a mí. Pero muy pronto podréis descubrir los pasos que seguí para conseguirlo por si os ha picado el gusanillo de este mundo...
He de reconocer que mi primer pensamiento cuando la artista trajo el trono a casa fue "otro trasto en casa" pero conforme iban pasando las semanas realmente vi que iba en serio, asi que una vez finalizado el trabajo solo puedo decir, ¡Muy bien hecho! :)
ResponderEliminarplas plas plas
ResponderEliminarQuien ha visto el trono y quien lo ve. Buen trabajo y ademas es relajante
ResponderEliminarme ha impresionado el cambio, eres toda una artista!! Me encada!
ResponderEliminar*encanta!
EliminarNunca se me hubiera ocurrido, te ha quedado espectacular! Bss
ResponderEliminarComo me gusta tu sillon!! :) Es precioso, tengo envidia :):)
ResponderEliminarOlga
A mi me pica la curiosidad pero no soy mañosa y si muy impaciente, por eso me encantaria que pusieras el tutorial. El trono ha quedado precioso de verdad.besos
ResponderEliminarEsto si que es un buen "lavado de cara". Ha quedado fantástica...has salvado este pequeño tesoro de una 'muerte en la basura'. ¡cuantas historias habrá escuchado esta silla de su antiguo dueño! ahora la silla rosa es tuya....
ResponderEliminarayyyyyyyyyyyyy ls segundas oportunidades! ENHORABUENA!!!
Un besote de www.casildacasi.blogspot.com.es
Te ha quedado francamente bonito. Menudas manos tienes!! Yo soy un desastre total. Bss!
ResponderEliminarMe ha encantado el resultado!
ResponderEliminarxx
aliceinbo2.blogspot.com
Gracias a todos!! Que ilusion hacen los comentarios. Un besazo
ResponderEliminar*.* uuuooo quedo como un trono de princess! ajajaj esta muy bonito!
ResponderEliminarMe encanta el tapizado rosa♥ Enhorabuena!
pordondeandaroma.blogspot.com.es :))