Autos locos, Casa de la Fortuna y Museo Arqueológico.

Una de las cosas que más me está sorprendiendo de Cartagena es la gran cantidad de oferta cultural que hay. No sólo me refiero a los yacimientos, museos y entorno natural, sino también a la gran cantidad de actividades que se organizan.

Los ensayos de de tambores de los cofrades ya se oyen sin cesar desde que terminaron las Navidades. Los pasacalles están en acción, y de vuelta a casa nos hemos encontrado cortada nuestra calle por alguna temprana procesión -gajes de vivir en el casco antiguo-.

La Semana Santa está al caer. 

Ya se siente el fervor, la alegría que eso trae a los cartageneros. ANSIOSOS DE MOVIMIENTO Y FIESTA, ME LO CONTAGIAN.

Algo tarde -mejor que nunca-, a hoy jueves, vengo a contaros que mi finde pasado fue movidito y pleno de toda esta actividad que os adelantaba.

Mis padres lo dejaron pendiente para su segunda visita a la ciudad. Pero después de tanto hablar de ello no pude esperar a que llegara ese momento. Fui a visitar LA CASA DE LA FORTUNA.

Alberga los restos de una vivienda romana de l siglo I a. C perteneciente a una familia acomodada (domus).

Lo más llamativo es que se conserva parte de la calzada por la que se accedía a la puerta prinicipal de la casa. Las pinturas y mosaicos son espectaculares.

A medio metro de casa, en plena Plaza de San Frascisco, se expuso durante el sábado y domingo una preciosa colección de joyas automovilísiticas.

Viendo tanto coche antiguo junto se me vino a la mente el recuerdo de los dibujos animados de los autos locos, el villano con bigotes y el perro patán.

Mi preferido, este azul descapotable con maletita detrás.

Para rematar la faena, el domingo por la mañana realizamos una excursión al MUSEO ARQUEOLÓGICO con los peques de ICUES.

Ya os contaba AQUÍ hace un par de semanas algo sobre esta asociación de niños con la que estoy colaborando y el gran descubrimiento que ha supuesto para mí.

Visitamos "La Plastihistoria de la Humanidad", una exposición temporal que representa las diferentes etapas de la historia en plastilina.

Una manera fácil y visual de ilustrar a las niños las fases de la humanidad. Les resultó curiosa y divertida.

La siesta el domingo por la tarde fue bien merecida.