Bienvenidos a la consulta de mi DERMATÓLOGO…Y CARTELERO.
El título de este post bien podría ser el título de una
futura peli de los creadores de “El jardinero fiel” o “El sastre de Panamá”. Unión de un sustantivo
que indica un oficio, y de un calificativo que realmente no tiene nada que ver con
la naturaleza de la carrera profesional que ha escogido el supuesto
protagonista, que le da ese carácter especial, único y atípico.
Pero no. No voy a hablar del próximo estreno en cartelera. Sencillamente
deseo mostrar al mundo el curioso hobby de mi médico dermatólogo: los carteles.
Esperar tu turno en la sala de espera no puede ser más entretenido.
Ni siquiera se me ocurre tocar el Hola.
Indicaciones, advertencias, instrucciones, nombres de calles y anuncios, sobretodo
de tiempos atrás, plagan las paredes. Testigos de algo muy concreto y práctico,
pero que fuera de contexto se han convertido en un arte para contemplar.
¿Qué mérito tienen un geólogo que colecciona minerales o una
profesora que pega dibujos de sus alumnos en la nevera?
Con perdón de ambos,
me hacen especial gracia las personas sin miedo a mostrar al resto sus aficiones
poco comunes, que no son directamente compatibles con su trabajo, y nunca
sospecharíamos que tienen al leer su perfil de Linkedin.